Home > Actualidad > Reportajes > Huérfanos de ‘Pérdidos’… ¿y ahora qué?

Huérfanos de ‘Pérdidos’… ¿y ahora qué?

Que todo el mundo esté tranquilo. No voy a destripar ningún giro final ni los últimos minutos de esta valiosisima serie que esta madrugada nos ha abandonado. Simplemente me limito a escribir sobre la que fue la serie revelación y un auténtico fenómeno mediático sin precedentes.

Sin ella, un montón de series que hoy copan nuestra programación jamás habrían existido. El día en que el Vuelo de Oceanic se estrelló en una remota isla donde habitaba un monstruo, un oso polar, una escotilla que escondía un reloj de 104 minutos, en dónde unos números malditos traían la mala suerte, en donde… y así podría estar un buen rato.

La desbordante imaginación de sus guionistas, capaces de mantenernos atentos durante todo un capítulo para sorprendernos con cada vez más cosas nuevas era impresionante. Nunca un sitio tan pequeño tenía tantas cosas y tanto atractivo.

Probablemente es cierto que los guionistas estiraron y alargaron la trama. Que hay capítulos en los que no ocurre nada en absoluto y otros en los que suceden demasiadas cosas. Que el final puede gustar más o menos. Vale, es cierto.

Pero también es cierto que todo el mundo habla de ella o conoce algo a cerca de la serie. «¿Los de la isla? ¿eso sigue todavía?«, que mucha gente se ha comido la cabeza con teorías rebuscadas (algunas incluso, que aseguraban que la isla era el purgatorio) todas ellas erróneas según se aproximaba el final.

Por que quedamos huerfanos de todo eso. De la Iniciativa Dharma y los videos del Dr. Chang; De el buenrrollismo de Hurley. De lo colgado que andaba siempre Charlie; Del «Waaaaaaaalt» de Michael buscando a su hijo; De los chinos que tuvieron tiempo suficiente para aprender un idioma; De Ben Linus, equiparable mentalmente a Hannibal Lecter por su frialdad; De Daniel Faraday y su cruel destino; De la chulería de Sawyer; De Claire, la embarazada que no sabe que hacer con su hijo; De la cara de buenazo de Jacob; De Mr. Eko o Ana Lucía, que pasaron casi desapercibidos pero dejaron huella; De Charles Widmore y su obsesión por volver; De Richard y su lapiz de ojos; De Locke y ese no saber nunca lo que está tramando; De Jack en busca del féretro de su padre muerto…

Me atrevería a equiparar el efecto de esta serie con el de TWIN PEAKS en su época.

Por que ya lo decía el final…

Veíamos osos donde había posibilidades

Veíamos canallas donde había heroes.

Veíamos conspiradores donde había marionetas.

Veíamos numeros donde había almas.

¿Donde estabamos mirando?

¿Donde miraremos ahora?


Comentarios

Deja un comentario