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‘Torrente IV: Lethal Crisis’ (O cómo explotar a la gallina de los huevos de oro)

Torrente IV

Sorprendido me hallo a la salida del cine: nunca hubiera pensado que un ejemplo de sobreexplotación como es la cuarta de saga de la saga torrentiana (para colmo, rodada en el ya cansino formato tridimensional y con la presencia de ilustrísimas figuras nacionales como Paquirrín, Belén Esteban o los cibernéticamente famosos John Cobra y Batu) iba, no solo a gustarme, sino a parecerme superior a la infame tercera parte y digna de ser puesta a la altura de la descacharrante segunda entrega (sin llegar nunca, eso sí, a los niveles de la primera parte).

La cosa es que, mientras que en general las cuartas partes suelen suponer la debacle de sagas ya consolidadas y una terrible decepción (ahí están las cuartas partes de sagas como Alien, Jungla de Cristal o Indiana Jones para confirmarlo), este caso supone una honrosa excepción a esta funesta regla, siendo «Torrente IV: Lethal Crisis» (anteriormente conocida por «Aquí te pillo aquí te mato», título harto revelador de por dónde andan por los tiros) un entretenimiento salvable y realizado con bastante solvencia por parte de sus responsables. Qué queréis que os diga: se han cuidado valores como la colormetría, la planificación en las escenas de acción e incluso los títulos de créditos, muy vistosos y deudores del estilo de Saul Bass (combinado con ciertos toques tridimensionales, no vaya a ser que el personal se queje).

En cuanto a los actores y a los cameos… Hay un poco de todo: desde un inesperadamente cómico Paquirrín (su presencia en el film resulta, no solo tolerable, sino incluso agradecida) hasta asesinables incorporaciones como Belén Esteban. Aún así, Santiago Segura se ha esforzado tanto por renovar la saga en lo que a guión se refiere (prueba de ello es la cantidad de metraje que transcurre en una prisión) como por demostrar que José Luis Torrente no ha perdido del todo su fuelle. Este esfuerzo, junto con la partitura de Roque Baños (espectacular, como siempre), ha logrado que valorase esta cinta como lo que es: un intento de unir cine español y taquilla, de ofrecer al público un entretenimiento honesto y sin pretensiones, y una voluntad de hacer que la audiencia se divierta tanto ironizando sobre la miseria y pobredumbre social y mediática cañí como desconectando el cerebro y rindiéndose ante impulsos escatológicos y sexuales propios del cine del destape.

Como pegas, lo de siempre: personalmente, no me acaba de entusiasmar este tipo de humor zafio (en cuanto a comedia cinematográfica, donde estén Blake Edwards o los Hermanos Marx, que se quite todo), así que, en lo que a mi respecta, «Torrente IV» parte con un enorme hándicap de antemano, ya que ni puedo ni quiero valorarla mejor de lo que ya lo estoy haciendo. Eso, y un uso un tanto pobre del «sobrecogedor 3D» que tanto se ha publicitado, me parecen los defectos de una película que, sin embargo, tendrá tantos aficionados como detractores. Abstenerse aquellos que van al cine a ver entretenimiento sesudo y de calidad: la nueva aventura de Torrente únicamente ofrece unas risas intelectualmente limitadas. Avisados quedáis, chavalines.

Valoración: Como película, Mediocre, pero como comedia rancia y casposa, Buena

Lo mejor: Su descarada escatología, cierta escena de acción y un acertadísimo uso de elementos grotescos para provocar la risa fácil como suscitar una sonrisa irónica a espectadores que sepan sacar una doble lectura a esta evidente parodia nacional.

Lo peor: Belén Esteban, el flojísimo 3D sacacuartos que se ha empleado, ciertos bajones de ritmo y el no poder conectar más con un humor tan grosero y vulgar.

 

David Hidalgo

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