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‘Una noche en el viejo México’: el viaje final del viejo vaquero

Robert Duvall.

A muchos nos basta con escuchar el nombre y decir «vale, compro». A los 84 años de edad, sorprende aún más que el inmenso actor sea capaz de alumbrar otro enérgico personaje larger than life.

El viejo vaquero tejano Red Bovie (Robert Duvall) abandona forzosamente su rancho junto a su desnortado nieto Gally (Jeremy Irvine), dispuesto a embarcarse en un último viaje rumbo a México, persiguiendo aventuras y diversión. En la noche mejicana conocen a Patty Wafers (Angie Cepeda), una avispada cantante en busca de una vida mejor.

El guionista William D. Wittliff  y el director Emilio Aragón sazonan el relato con encuentros y desecuentros, coloridos personajes y entrelazadas situaciones, al más puro estilo narrativo del gran Elmore Leonard.

Y, cómo no, el MacGuffin detonante de la acción: un negocio frustrado de drogas, una bolsa con 150.000 dólares robados, y un par de personajes que harán la vida imposible (el pistolero encarnado por Joaquín Cosio y el traficante de drogas, interpretado por el siempre magnífico Luis Tosar) a nuestros protagonistas.

Robert Duvall insufla a Red Bovie una vida que hace que conectemos con su personaje desde el primer minuto: cascarrabias, seductor, irascible, entrañable… y muy capaz de mantenerle el pulso a cualquiera, aunque le doble (o triplique) la edad.

Una noche en el viejo México

Emilio Aragón, director de ‘Una noche en el viejo México’

Como contrapartida a esta fuerza de la naturaleza que es Duvall, está el joven pero experimentado actor Jeremy Irvine. Gally es un vaquero improvisado, un pez fuera del agua, un nieto que no sabe nada de su abuelo. Un niño que se convertirá en hombre en el viaje de su vida.

Para completar el círculo, la bellísima Angie Cepeda. Las frases que Patty suelta por la boca ponen la guinda al pastel, regalándonos grandes momentos de dramedia.

Emilio Aragón rinde homenaje a los grandes, a la nostalgia del western de frontera, al aguerrido vaquero curtido en mil batallas, pero siempre dispuesto a afrontar una más con las armas cargadas y el corazón henchido.

El Cadillac de Red Bovie tiene el depósito lleno. Las polvorientas carreteras tejanas aguardan. Un proyecto que Duvall y Wittliff han madurado con amor y dedicación durante décadas, una noche en el viejo México… que nunca olvidarán.

Si quieres saber más, puedes consultar la Web oficial de Emilio Aragón, y también las Redes Sociales en Facebook y Twitter, con el hashtag #NocheViejoMexico.

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