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‘Dragon Ball Z. La batalla de los Dioses’: la nostalgia ayuda

Dragon Ball Z. La batalla de los Dioses

Dragon Ball Z. La batalla de los Dioses

Algunos años después de la batalla con Majin Buu, Bils, el dios de la destrucción, encargado de mantener el equilibrio del universo, se ha despertado de un largo sueño. Al escuchar rumores sobre un Saiyajin que ha vencido a Freezer, Bils parte a la búsqueda de Goku. Emocionado por el hecho de que haya aparecido, después de tanto tiempo, un oponente tan poderoso, Goku ignora las advertencias de Kaito y decide enfrentarse a él.

La nostalgia es un sentimiento extraño, que nos hace ver las cosas con la mirada puesta en el pasado. Como las vimos entonces, así las recordamos. A veces, para bien; otras, todo lo contrario.

La saga televisiva de ‘Dragon Ball’ estuvo con todos los treintañeros que peinan canas, que disfrutaron las aventuras de Goku y compañía a través de dos inolvidables series (‘Dragon Ball’ y ‘Dragon Ball Z’), una olvidable (‘Dragon Ball GT’), y un montón de películas llenas de altibajos.

Muchos años después, el creador de este mundo fantástico, Akira Toriyama, vuelve a dejar su impronta en esta película, la primera que se estrena, además, en cines españoles.

No hay duda de que ‘Dragon Ball Z. La batalla de los Dioses’, contentará a los fans de las dos series clásicas. El espíritu de Toriyama vive durante toda la historia, sobre todo en la primera hora de la cinta, devolviéndonos ese humor cachondo, gamberro y (a veces) entrañablemente estúpido.

Goku sigue siendo un pedazo de pan bobalicón, pero también un arma de destrucción masiva. La cinta dirigida por Masahiro Hosoda se las arregla para pasear a todos los personajes importantes de tan nutrido universo, en el 38 cumpleaños de la siempre insufrible y a la vez encantadora Bulma.

La reunión generacional en torno al ágape cumpleañero abre paso a un gran número de gags que nos recordarán grandes momentos de ‘Dragon Ball’ y ‘Dragon Ball Z’. Todos los personajes tienen su momento de gloria, la película aquí funciona a la perfección y muestra su mejor cara, retrotrayéndonos a aquellas tardes donde esperábamos ansiosos a Goku y su nube voladora delante de la tele.

Sin embargo, ‘La batalla de los Dioses’, debería ir más allá en su dimensión destructiva y puramente actioner. Cuando el humor se acaba y da paso a los combates, la película se queda a medias, buscando la épica de tiempos pretéritos con el libreto de una comedia.

El villano de la función no está a la altura, ni en su diseño (poco amenazador y a ratos ridículo) ni en sus acciones. Tras sagas como la de Namek y el legendario combate entre Goku y Freezer, la tunda del Saiyan y Bils resulta rápida y decepcionante.

Así y todo, ‘Dragon Ball Z. La batalla de los Dioses’ puede catalogarse como una de las mejores películas de la franquicia, con la suficiente consistencia para vislumbrar renovadas aventuras futuras de esta pequeña gran familia del maestro Toriyama.

Lo mejor: tras la decepcionante ‘Dragon Ball GT’, recupera el espíritu de Toriyama, renovado para el siglo XXI.

Lo peor: el malo de la función no está a la altura.

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