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‘Hércules (2014)’: desmitificando al Semidiós

Hércules

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Hércules es un héroe, un ser a medio camino entre la divinidad y la humanidad. Tras los terribles doce trabajos que le fueron impuestos y la pérdida de su familia, decide darle la espalda a los dioses y encontrar consuelo en la búsqueda de aventuras. Gracias a sus andanzas, ha encontrado hombres afines que se han unido a él, pues comparten su amor por el combate y la constante presencia de la muerte en sus vidas. El rey de Tracia contrata al grupo para transformar sus tropas en un ejército invencible. Adaptación de la novela gráfica de 2008 «Hercules: The Thracian Wars». 

A medida que avanza la carrera de Dwayne Johnson, lo hace también el carisma del actor y su capacidad para encarar cualquier proyecto con valentía y honestidad. Así, al convincente Johnson le da igual ponerse un tutú para Disney (‘Rompedientes’), interpretar a un adorable tonto integral para Michael Bay en una de sus pocas películas estimables (‘Dolor y dinero’), o repartir a diestro y siniestro sin inmutarse (la Saga de ‘A todo gas’).

En la nueva versión de ‘Hércules’, Johnson hace valer su poderío, que transciende el contra de tener a Brett Ratner como director (que sigue aquejando las mismas taras de siempre), y el hecho de que esta historia de Hércules no se parece en nada a la que, hasta ahora, hemos visto en la gran pantalla.

Rodada como una película de aventuras a la antigua usanza, Johnson pone toda la carne en el asador para entretener al público, y lo consigue. Su Hércules es un tipo tan bestia como tierno, tan modesto como temible. Bajo esos kilos de músculo hay un corazoncito que late, lleno de lealtad hacia sus camaradas y añoranza de sus seres queridos.

Hércules no es solo un todopoderoso ‘Semidiós’ (el entrecomillado es intencionado, pero lo último que quiero es destriparles la película), sino también un hombre atormentado por su pasado, que ha hecho de la causa mercenaria su reducto de paz, olvido y, en última instancia, redención. Johnson posee las suficientes armas dramáticas para engancharnos con su personaje, sin necesidad de poner cara de lelo a lo Kellan Lutz (el protagonista de ‘Hércules: El origen de la leyenda’, la cinta de Renny Harlin que sufrimos el pasado año. Una mala mezcla de ‘300’, ‘Spartacus’ y un videojuego mediocre).

Además de la diversión general, tendrán la oportunidad de experimentar qué pasa cuando el Mito se diluye en favor de el hombre. Entonces, les vendrá a la cabeza el mítico ‘Conan’ de John Millius, película que guarda muchas semejanzas con el ‘Hércules’ de Ratner que, probablemente sin pretenderlo, se convierte en la película que Marcus Nispel y Jason Momoa no supieron hacer sobre el bárbaro Cimmerio.

Por si esto fuera poco, la aventura se redondea con un montón de secundarios enchufados, donde destacan Ian McShane (que explota su vis cómica) y Rufus Sewell (que también lo hace, aunque hasta ahora desconocíamos que la tenía).

A este ‘Hércules’, sí vale la pena verlo.

Lo mejor: Dwyane Johnson y no ser lo que parece.

Lo peor: Irina Shayk. Dos frases ya son demasiadas.

Como curiosidad, ¿queréis saber cómo llegó Dwayne Johnson a convertirse en Semidiós? Nuestros amigos de Paramount Channel, nos lo explican.

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