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‘Objetivo: Washington D.C.’, buena dosis de testosterona

El presidente de los Estados Unidos, Allan Trumbull queda en coma tras un intento de asesinato. Su siempre confidente, el agente secreto Mike Banning, es injustamente acusado de perpetrarlo. Retenido por los suyos, Banning logra escapar de la custodia policial convirtiéndose en un fugitivo.

La principal misión de las películas de acción es atraparnos en la butaca para que acompañemos a sus personajes protagonistas en medio de las impactantes aventuras en las que, entre unas cosas y otras, se juegan el cuello constantemente en cada minuto de la filmación. Descargar un poco de adrenalina y regresar a la rutina diaria con la sensación de haber salvado al mundo mientras el resto de ciudadanos ni se han percatado del inminente peligro ni  del subidón de heroicidad acumulado en nuestra cabeza.

Mike Banning es uno de esos personajes especializados que van encaminados a salvar el honor de los Estados Unidos y en concreto a su presidente ficticio una y otra vez. Tal vez si tuviera al mando de la nación a un dirigente caucásico, sobrado de presencia y personalidad, y con vistoso tupé pelirrojo mecido al viento, igual se lo pensaba. Pero al tratarse del carismático Morgan Freeman (‘Seven’, ‘Million Dollar Baby’, trilogía de ‘El caballero oscuro’),  interpretando y asumiendo la presidencia del país más poderoso de la tierra (al menos eso creen), es como para que Gerald Butler (‘ El fantasma de la ópera’, ‘300’, ‘Juego de ladrones: El atraco perfecto’), ni se lo pensara antes de dar la vida por él.

En esta tercera entrega de la saga “… Has Fallen” (“… ha caído”, primero la Casa Blanca, luego Londres, y ahora el ángel guardián, es a lo que se refieren sus títulos), el antiguo portavoz de las otras entregas ha llegado a la presidencia y cuenta con los servicios protectores del mejor agente habido y por haber. 

Entrenamientos a base de testosterona con mala leche para desayunar, explosiones, tiros y persecuciones, a lo largo de todo el metraje de este ‘Objetivo: Washington D.C.’ son las principales bazas con la que cuenta un manido argumento dirigido por el especialista venido a director Ric Roman Waugh. Y el resultado recuerda un tanto a aquél mítico ‘Acorralado’ de Ted Kotcheff con un joven Stallone, que visto lo visto tanto por sus secuelas como por la longevidad de algunos actores quienes en la vejez siguen dando palizas como Liam Neeson, hace presagiar que Gerald Butler tenga aún bastante recorrido para seguir peleando.

‘Objetivo: Washington D.C.’ ha cambiado la presencia de la esposa del protagonista por la actriz Piper Perabo (’Looper’, ‘La primera nevada’, ‘El bar Coyote’), un tanto ausente de la gran pantalla, e incorpora a un Danny Huston (‘Big Eyes’, ‘X-Men orígenes: Lobezno’, ‘Wonder Woman’), bastante peleón, a Tim Blake Nelson (‘La balada de Buster Scruggs’, ‘Colossal’, ‘O Brother!’), como vicepresidente, a una buena versión de Nick Nolte (las dos entregas de ‘Límite 48 horas’, ‘El príncipe de las mareas’, ‘El aceite de la vida’), y a una eficaz y espléndida Jada Pinkett Smith (‘Malas madres’, ‘En algún lugar de la memoria’, ‘Collateral’), pequeñita pero muy resultona. Lástima que no se incorporen más personajes fuertes femeninos, pues podría tener mucho más tirón, como una presidenta de los Estados Unidos, algo nunca visto.

‘Objetivo: Washington D.C.’ habla de valores como el honor, la traición, el patriotismo, la confianza, y el juego de los engaños en una guerra personalizada donde unos luchan por dinero y otros por su bandera. Rebosa de trepidante acción y hasta permite rememorar en una versión con bastante más munición el clásico y famoso encuentro en O.K. Corral. Está repleta de tópicos que no fallan pero es de lo que se trata, de que funcione correctamente. Una magnífica oportunidad de pasarlo en grande sin más pretensiones culturales para estas tardes estivales.

Lo mejor: que los personajes siguen funcionando una y otra vez, y ese enemigo nº 1 sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, casi tan real…

Lo peor: la reiterada utilización de la doble imagen que se cuela y canta desenfocada en la pantalla.

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