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‘Chaos Walking’: ¡y que lo digas!

En un futuro no muy lejano, Todd Hewitt (Tom Holland) encuentra a Viola (Daisy Ridley), una enigmática chica que se ha estrellado en su planeta, donde todas las mujeres han desaparecido y los hombres están afectados por “el ruido” –una fuerza que exhibe todos sus pensamientos–. En un entorno tan peligroso, la vida de Viola se ve amenazada y al prometer Todd protegerla, deberá descubrir su propia fuerza interior y revelar los oscuros secretos del planeta.

Ya son varias las sagas con una primera entrega tan desastrosa que, a menos que la taquilla la eleve a los altares económicos, mueren nada más empezar. ‘La brújula dorada’; ‘Eragon’; ‘La quinta ola’; ‘The Host’; ‘Soy el número 4’ y otras tantas que olvidamos, o recordamos con tremendo hastío.

‘Chaos Walking’ adapta la primera entrega de la trilogía firmada por el novelista Patrick Ness, titulada ‘El cuchillo en la mano’. Parece mentira que el propio Ness, dicen,  haya colaborado activamente en la película, pues el descontrol es total. 

Doug Liman (que dio un puñetazo en la mesa con la primera entrega de Bourne, y otro más con ‘Al filo del mañana’, y no ha dado más hasta el momento) es el capitán de este barco de locos donde ni más ni menos que seis guionistas (Charlie Kaufman, Gary Spinelli, Lindsey Beer, John Lee Hancock, Andrew Gottlieb y David Rosen), se las arreglan para que en poco más de 100 minutos no nos enteremos de casi nada o, peor, nos importe un pimiento.

Una vez superado el bienvenido shock inicial (con mucho potencial siempre desperdiciado) de este mundo de western apocalíptico/tecnológico donde los hombres pueden escuchar los pensamientos de otros hombres, la cinta de Liman deambula sin rumbo durante todo el metraje, tirando por el retrete cada elemento al que puede sacar buen jugo. 

No aprovecha los actores que tiene (cierto es que Tom Holland y Daisy Ridley hacen todo lo que pueden con lo poco que les dan, pero tener en el reparto a Mads Mikkelsen, en el papel del mejor villano -al menos en su referente literario- reciente, y escribirlo tan mal como para que nunca sobrepase su circense aspecto, es un pecado y un torpedo letal en la línea de flotación de este caos andante, corredor (cojo) y permanentemente inacabado. 

Ni Liman, ni el plantel de, al menos aquí, chapuceros guionistas (cuesta creer, también, que John Lee Hancock y Charlie Kaufman, ni más ni menos, formen parte del sexteto) hacen el mínimo esfuerzo para nada más que cumplir con un entretenimiento palomitero fugaz y absolutamente efímero

Escenas de acción que hemos visto mil veces (y mejor, con más energía, locura, mejor planificación y ejecución), alienígenas metidos con calzador para lucir el palmito del CGI; un diseño de producción con una sola idea original y la permanente sensación de que no hay nadie al timón

Ni un Script doctor, ni un analista de guión, ni un consultor, ni tampoco los suficientes pases previos como para que un espectador cualquiera, y más si ha leído las novelas, espete ¿qué estáis haciendo?.  

Da la sensación de que Hollywood, a veces, se empeña en estrenar películas. Tiene que hacerlo, por razones x, a cualquier precio. Aunque sean prototipos vacíos firmados por grandes nombres, a golpe de chequera. 

Si ‘Chaos Walking’ es lo que es, y no lo que sin duda podría haber sido con el referente literario que tiene, se lo tenemos que agradecer a una Industria capaz de lucirse, y también de zambullirse en la mediocridad más absoluta. 

Sería sorprendente que las desventuras de Todd y Viola tuvieran continuidad en la gran pantalla.

Lo mejor: el despliegue visual de pensamientos desatados.

Lo peor: es un caos, ciertamente. 

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