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‘Uno de nosotros’, la necesidad de una madre

Tras la pérdida de su hijo, el sheriff ya retirado George Blackledge y su mujer Margaret dejan su rancho en Montana para recuperar a su nieto, que está atrapado por una peligrosa familia, encabezada por la matriarca Blanche Weboy, que vive al margen de la sociedad en Dakota. Cuando George y Margaret descubren que los Weboy no van a devolverles al pequeño, no les quedará más opción que embarcarse en una dura lucha por su familia.

El wéstern viene a ser un género tan legendario y prolífico, repleto de magníficas producciones clásicas -muchas de ellas consideradas obras maestras del séptimo arte-, que es muy difícil que un título reciente pueda equipararse a los Ford, Huston, Hawks, Wyler, … e incluso Leone, entre muchos otros. Tal es así que en los últimos 30 años muy pocos cineastas han logrado que sus películas obtuvieran el debido reconocimiento, como en el caso de Eastwood con ‘Sin perdón’, Tarantino con ‘Django desencadenado’, o el doblete de Costner con ‘Bailando con lobos’ y ‘Open Range’.

Precisamente este último ejerce como productor ejecutivo y protagoniza la última y muy interesante película de Thomas Bezucha, basada en la novela de Larry Watson “Let Him Go” (título que también adopta la película en original evitando cualquier confusión con la obra de Scorsese). Tal es la implicación de Bezucha en su cuarto largometraje como director y guionista, que además ejerce como productor de este wéstern reciente ambientado en la década de los cincuenta.

No hay estampa más idílica que la de domar un caballo en el rancho familiar, mientras despuntan los primeros rayos de un nuevo amanecer, y los padres, la mujer y el pequeño hijo desayunan en el corazón del amado hogar. Hasta que estalla el drama.

La verdadera fuerza motora y protagonista de ‘Uno de nosotros’ reside en la interpretación de Diane Lane (musa de Coppola y madre adoptiva del vigente Hombre de Acero), como abuela y matriarca de la familia. Es poderosa, emotiva, tenaz y apasionada, ante la soledad y el síndrome del nido vacío.

Kevin Costner (intocable, guardaespaldas y padre terrícola de Clark Kent), ejerce de ex-sheriff, un hombre mayor de pocas palabras y muchas convicciones ante el dilema de recuperar a su nieto querido. “A veces la vida no es más que una lista de las cosas que hemos perdido”. Alguien a quien le “toca recoger los pedazos”. Dos personajes tan interesantes como complementarios en la madurez de una vida algo azotada ya por la tragedia.

Perfiles duros, de otra época. Protagonistas de pocas palabras en una historia que incorpora más contenido visual que diálogos. Y una ausencia sin despedida. Son los elementos que marcan esta pseudo road movie. Arropados por la belleza de sus fríos paisajes y una preciosa fotografía que nos acoge dentro de su gelidez. Sin olvidar la excelente banda sonora de Michael Giacchino en otro registro muy diferente, quien con la nostalgia del piano y la guitarra, evoca acordes como los de Niehaus y Eastwood para aquel otro gran clásico.

Uno de nosotros’ describe unos personajes contenidos pero sustancialmente sensibles al maltrato, a las malas personas, y a la sumisión siempre desmedida. Habla de la protección de lo último que nos queda. Pero sobre todo narra el valor inquebrantable de una madre que lucha con valentía por lo poco que le queda de sus entrañas.

Lo mejor: una Diane Lane fabulosa, y un guion acertado, reposado y bien dirigido. Una historia sencilla y sincera, que mezcla el drama, el suspense y el wéstern con gran eficacia.

Lo peor: la traducción de su título en nuestro país.

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