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‘Cazafantasmas, más allá’: la importancia del legado

Una madre soltera y sus dos hijos se mudan a un pequeño pueblo donde descubrirán su conexión con los orígenes de los cazafantasmas y el legado secreto que su abuelo les ha dejado.

Muchos recuerdan el varapalo de crítica y público que se llevó el reboot femenino de ‘Cazafantasmas’, pese al buen hacer de las protagonistas, que exprimieron un material que no daba para más, con Chris Hemsworth, además, en uno de los papeles más ridículos que se recuerdan. 

‘Cazafantasmas: más allá’, sabe de la importancia del legado. 

No solo del cinematográfico, donde Ivan Reitman alumbró dos películas que ya forman parte de la historia del cine palomitero, de la cultura pop y del recuerdo de un par de generaciones, sino del familiar e histórico, donde tenemos que conocer y entender el pasado para poder vivir el presente mirando al futuro .  

Aquí, su hijo Jason Reitman coge el testigo de Ivan (asesorado además por su padre), y centra la historia en el legado de Egon Spengler (el actor, guionista y director Harold Ramis, fallecido en 2014), unas cuantas dosis de fan service y, sobre todo, la actualización de la saga sin perder de vista, ni un momento, sus referentes. 

Así, los nuevos Cazafantasmas interactúan maravillosamente con viejos conocidos, en una historia que bebe de los acontecimientos de la primera entrega. Con la joven y talentosa McKenna Grace a la cabeza (alter ego femenino de Egon Spengler, que demuestra su inteligencia, valentía, empoderamiento, liderazgo y humanidad por la vía de los hechos, sin necesidad de maltratar a otros personajes de su mismo, o distinto, sexo), los nuevos reclutas reviven las experiencias de los primeros cazadores, visitando lugares comunes que contentarán a todos los fans de las dos cintas originales. 

En el camino, además, Reitman se las arregla para conectar con los espectadores más jóvenes, como ya han hecho con tremendo éxito franquicias como ‘Karate Kid’. 

Es muy difícil actualizar una película nacida en los 80 sin tener en cuenta el contexto social, político y vital de la época, y respetando a todos y cada uno de los implicados en la cinta. 

Tanto Ivan como Jason Reitman, así como el equipo y reparto al completo de ‘Cazafantasmas: más allá’, parecen tenerlo tan claro que (allí donde la naturalidad brillaba por su ausencia en el reboot de 2016 y casi todo parecía político, progre y enlatado), la entrega del testigo se desarrolla de manera orgánica, con naturalidad, respeto, diversión, acción, simpatía y un drama familiar justito, pero centrado en todo aquello, tan importante, que nos hace humanos.

Las significativas escenas finales auguran la continuidad de la franquicia, y la respuesta del público y la crítica, también. 

Con el rumbo trazado donde los Cazafantasmas se mezclan con Stranger Things y este alocado siglo XXI, podemos tener bienvenido ectoplasma, para rato. 

Lo mejor: demuestra que se puede actualizar una franquicia sin denigrar al referente original ni tomar a los espectadores por idiotas. 

Lo peor: muchas referencias se les escaparán a quienes no hayan visto la original.  

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