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‘La Aspirante (The Novice)’: viaje a una obsesión

Póster de La Aspirante (The Novice)

Alex Dall (Isabelle Fuhrman) es una estudiante universitaria que se une al equipo de remo de su universidad, emprendiendo un viaje físico y psicológico obsesivo para ser la mejor en la mejor embarcación, sin importar el coste. Con la intención de superar a sus compañeros de equipo, Alex se esfuerza hasta más allá de sus límites, alejándose de todos los que la rodean en nombre del éxito.

Vivimos en un mundo altamente competitivo y despiadado. 

Algunos, independientemente de dónde hayan nacido, de si tienen más o menos, buscan ser los mejores, algo extremadamente loable y necesario, siempre y cuando se establezcan límites que permitan congeniar objetivos con el simple hecho de vivir (y no sucumbir a) la vida.

‘La Aspirante’, viaja a la obsesión de la joven Alex Dall (tremenda interpretación de Isabelle Fuhrman, que se transforma durante la película con sangre, sudor y lágrimas) que busca ser la mejor remera de su promoción, esforzándose al máximo y viendo a todos los demás como obstáculos, incluidos a los entrenadores que la animan a tener perspectiva. 

En pos de batir todas sus marcas, la joven Alex emprende un viaje a los infiernos, donde solo está el objetivo, sin espacio para nada más que la excelencia, y el enemigo real se encuentra frente al espejo. 

Al igual que otras grandes películas como ‘Whiplash’, ‘La Aspirante’ recrea una atmósfera asfixiante, con decisiones visuales y sonoras muy acertadas, que nos meten de lleno en la lucha de Alex y su paulatino pero decidido descenso a los infiernos. 

Aquí, no obstante, no hay elementos externos que animen al personaje a ir más lejos. Alex es una fuerza motriz aparentemente imparable.  

La cinta de Lauren Hadaway golpea sin piedad, y no es apta para todos los públicos. La directora quiere que el espectador viva la vida de su protagonista, sienta el esfuerzo, la frustración, la tristeza, la ira, el rechazo, la catarsis y, en definitiva, el torbellino físico y emocional que lleva a ciertas personas a alcanzar la cima y seguir ahí manteniendo la cordura; y a otras a una encrucijada donde tienen que decidir si en lo más alto de la montaña están demasiado solos, demasiado perdidos y demasiado cerca de caer por ella.

Otra joya que añadir al catálogo de cine independiente que goza de tan buena salud en Estados Unidos. 

Lo mejor: Isabelle Fuhrman, la tremenda fotografía, la puesta en escena y el diseño de sonido. 

Lo peor: que esto ocurre, de verdad. 

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