Cuando uno sobrevuela la carrera de Paul Haggis, tanto en su faceta de Director como de Guionista, se enfrenta a las luces con la misma frecuencia que a las sombras. Su pluma dio a luz textos excelentes como “ Million Dollar Baby “, o el James Bond adulto y con aristas de “ Casino Royale “.Como Director, su escarizada “ Crash “ resultó ser una obra coral demasiado pretenciosa y desde luego sobrevalorada.
Pero, por encima de todo, Haggis siempre intenta mantener la autenticidad.
“ Los próximos tres días “ narra las peripecias de John Brennan, un hombre del montón, casado y con un niño pequeño, cuya esposa es acusada de asesinato y encarcelada, truncando así una convivencia dulce y apacible. Cuando los resquicios legales hacen imposible su liberación, este hombre de a pie hará lo imposible por volver a unir a su familia.
En primer lugar, cabe destacar en la película de Haggis su absoluto dominio narrativo. Los actos sobre los que discurre la trama fluyen sin problemas, llevando al espectador de la mano a través de la excelente interpretación de Russell Crowe, amo y señor del espectáculo, capaz de transmitir vulnerabilidad , desamparo y -a la vez- fuerza y decisión con una simple mirada.
La excelencia interpretativa desplegada por este mayúsculo actor consigue balancear los problemas de verosimilitud que presenta el personaje de Lara Brennan, su mujer, a la vez que hace sudar tinta a los veteranos secundarios de la cinta, con Brian Dennehy a la cabeza. Con Crowe en todo su esplendor, Haggis se limita a exponer las maneras del reputado Guionista y esforzado Director, convirtiendo a “ Los próximos tres días “, en un thriller por encima de la media, donde mirar el reloj no tiene cabida y las grandes escenas superan con creces los momentos vacilantes, sobre todo generados por la manía del señor Haggis por no dejar nada sin explicar.
Por suerte, cuando llega el final, son mayores las ganas de aplaudir ante el do de pecho de Russell Crowe que de enojarse pensando que Paul Haggis cree que el espectador medio es lelo.
Un poco más de suspense convertiría esta película en cine redondo,sin fisuras.Porque, todo lo demás que hace grande al Cine, ocurre en la peripecia del marido todo terreno al que Crowe insufla (mucha) vida.