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Educación a la ciudadanía… Pero también en los cine

Este artículo va dirigido a ti, lector y ocasional visionario de películas de cine que no paras de engullir palomitas como un poseso mientras te ríes a carcajadas con la boca abierta ante una escena dramática. Si, por que es así de sencillo: NO TE AGUANTO.

Mientras veía gustoso en el cine [·REC]2 de Jaume Balagueró y Paco Plaza, unas jovencitas quinceañeras entraron en el cine tarde, lo que ocasionó que todos los de al fila nos tuviesemos que levantar. Vale, eso se puede entender. Lo que no se puede entender es que dichas jovencitas se pusiesen a ligar con el chico de al lado pidiéndole el número de teléfono mientras transcurría la cinta. Un hombre de la fila, ya cansado, les pidió amablemente que se callasen seguido de las quejas de otro miembros de la sala.

Y es que es verdad, que en estos tiempos en los que está tan de moda la educación a la ciudadanía la pongamos en práctica en todos los lugares, también en una sala de cine.

Por que en esta vida hay sitios para hacer determinadas cosas. Si uno va a ligar, pues se va a la discoteca o a un bar, si uno quiere comer que se vaya al buger king cuando salga del cine, pero si uno quiere ver una película la ve en el Cine.

O si no, pues te esperas a que salga en DvD y la alquilas en el videoclub, que tampoco es tan sencillo. Si uno va al cine y paga seis euracos para ver la película, la quiere ver con su sonido digital, su pantalla enorme… no con interferencias de fondo por que «Juanito le ha dicho a Menganita que se quiere liar con ella«. ¿Es que a mi eso me tiene que importar?

Son situaciones que me mosquean en exceso. Creo que estas situaciones se deben poner en evidencia llamando la atención de la persona que molesta, a ver si así aprende.

También es de juzgado de guardia ese padre que mete a su hijo de 7 u 8 años a ver [·REC]2, ¿es que no sabe de que va la película? Por mucho que insista mi hijo no se la dejo ver ni en broma hasta que no tenga quince años. ¡Tengamos un poco de cabeza! Mételes a ver HARRY POTTER o algo por el estilo…

Solo pido que seamos consecuentes. Uno se puede reír en la sala de cine, se puede emocionar, etc, etc. Pero siempre sin molestar a los que han pagado la entrada como tú.

Y apaga el teléfono móvil en la sala cine. Nada de ponerlo en silencio, una peli es una peli. Ya llamarás a la salida. Apaga el móvil, ¡leñe!


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