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Lope: catorce versos dicen que es soneto

Nos encontramos en Madrid, en mitad del Siglo XVI, Lope de Vega vuelve de la guerra para intentar ganarse la vida escribiendo comedias. El camino hacia el éxito es arduo y tortuoso, tendrá que empezar reescribiendo comedias de otros hasta que le tomen en serio. Mientras, los problemas de dinero le acechan así como los problemas del corazón. Enamorado de dos mujeres muy distintas, una la musa de sus poemas, la otra hija del hombre que le da el sustento, le puede acarrear más de un disgusto.

Con un director tipo Agustín Diaz Yanes, Amenabar… esto habría sido otra cosa. El mayor defecto del film reside en su capacidad para rozar la versión televisiva, versión de telefilm de sobremesa de Antena 3 televisión. Gracias a Dios, la cinta gana energía en su mensaje con el paso de los minutos haciendo que deje un buen sabor de boca.

Con un par de escenas muy bien logradas (Esa en la que Lope recibe la ovación delante de todo el público, o el mismo juicio final) la película alcanza su climax total. Al igual que cada vez que Alberto Ammann (chico muy prometedor, que está demostrando un potencial importante) se pone a recitar versos de Lope de Vega. Ahí es donde más a gusto y mejor estará el espectador.

La fotografía está cuidada y el director abusa de los primeros planos en exceso, una visión más periférica daría más resultado en ciertas escenas. La Banda Sonora acompaña bastante bien a la acción.

Pena de principio aturullado, que quiere contar demasiadas cosas en pocos minutos. Es cierto que lo importante se va a desarrollar más en adelante pero una explicación mayor de algunos temas del inicio estaría mejor (diez minutos más de película no la harían ningún daño).

Angelical rostro de Leonor Watling con un personaje tierno y simpático que contrasta con la firmeza y mirada fría de Pilar López de Ayala. Muy bien secundado el trío principal por Juan Diego y Luis Tosar, pequeños papeles agradecidos.

El fallo de casting garrafal se oculta tras el rostro de Miguel Ángel Muñoz. Hace de malo y te tiene que caer mal, si. Pero es inevitable visualizar al tipo de Upa Dance, al que se hacía llamar así mismo MAM detrás del personaje de Perrenot. En TENSION SEXUAL NO RESUELTA estaba bien y hacia gracia porque se reía de si mismo pero aquí da un poquitín de vergüenza ajena.

¿Es una película para mandar a los OScars? Pues lo cierto es que si, si fuese elegida creo que tendríamos posibilidades tanto con ella como con CELDA 211. Pero la Celda es mucha celda y siendo justos debería ir a los Oscars.

Si quieren apoyar al cine español el fin de semana en una buena proposición esta es su película.


Crítica Film Affinity

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