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El discurso del rey: Hinchada

Jorge VI, Rey del Reino Unido, se ve obligado a reinar después de que su hermano Eduardo VIII abdique. A la hora de dar un discurso a la nación, Jorge se ve superado por su tartamudez y se ve incapaz. Para corregir este problema el Rey recurrirá a todo tipo de especialistas hasta dar con un terapeuta de trastornos del habla, Lionel Logue, quien con una serie de técnicas poco ortodoxas logra que el rey recupere su correcta voz.

Todos los años, o casi todos, cuando se anuncian las candidaturas a los Oscars, aparece un film que da la sensación de estar hecho para competir pero por su prefabricación. Es lo que le sucede a EL DISCURSO DEL REY.

Y no me malinterpreten, es una película buena, en la que gozaremos del espectacular estado de gracia de colin Firth y Geoffrey Rush, que hacen suya la cinta con una facilidad pasmosa y que se comen la pantalla allá por donde van. Además, están perfectamente secundados por Helena Bonham Carter, más comedida que de costumbre (cierto es que Hooper no es Burton claro).

Y luego está el propio Hooper, que filma la cinta con pulso narrativo excelente, que va sacando sus cartas poco a poco hasta el desenlace consabido por todos visto el desarrollo de los acontecimientos.

Y ya, porque el film está sumamente hinchado. Se quiere hacer una montaña de un grano de arena que no da para más. Que la anécdota es simpática y hasta hace que la película resulte curiosina (gracias también a su ambientación) pero ya. Arranca alguna sonrisa y se agradece, pero ya. Tampoco es un film que debiese luchar por premios más allá de los de reparto.


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