Vuelve la pandilla, pero el juego ha cambiado. Cuando regresan a Jumanji para rescatar a uno de los suyos, descubren que nada es lo que esperaban. Los jugadores deberán enfrentarse a lugares desconocidos e inexplorados, desde áridos desiertos hasta montañas nevadas, para escapar del juego más peligroso del mundo.
La evolución intelectual, el siguiente paso en la transmisión del conocimiento humano, está pendiente de un hilo si antes no destrozamos entre todos nuestro hogar. En los inicios, la tradición oral pasó a ser escrita cuando el lenguaje pudo ser codificado en símbolos. Pero mucho tiempo después, una imagen valía más que mil palabras, y si iba acompañada de sonido la información que transmitía se retenía mucho mejor en la memoria. Para muchos pedagogos y psicólogos educativos el juego es un valor esencial en el aprendizaje del individuo. Lo cual, si se suma el aprendizaje al método audiovisual tendremos que el proceso evolutivo natural tiende al videojuego.
El escritor e ilustrador Chris Van Allsburg dio vida al famoso juego de mesa original, basado en un tablero interactivo en el que sus jugadores esparcían por toda la mansión y aledaños la fauna contenida en tan exótico lugar. Tanto Jumanji como Zathura no sobrevivieron a la era de las consolas, y al igual que hace el cine, reciclaron sus contenidos a tiempos modernos ofreciendo más de lo mismo pero adaptado.
Jake Kasdan, descendiente y heredero del legado principalmente ochentero de su padre, vuelve para dirigir la continuación de esta generosa cinta de aventuras digitales, en la que una vieja consola transporta a los personajes por los circuitos interactivos del videojuego sin necesidad de desperdigar animales salvajes por la casa, con las consecuencias que eso conlleva.
A cambio de llevarlos a regiones indómitas, la 64 bit de turno (lástima que la PlayStation funcionaba desde el inicio con disco digital, no con cartucho, para poder introducirla como promoción de los productos Sony), les confiere avatares con características multiaventura y tres vidas para finalizar el juego con éxito.
A los acostumbrados Dwayne Johnson, Karen Gillan, Jack Black y Kevin Hart deambulando por la ignota selva se les incorporan los caracteres de Awkwafina y Nick Jonas, pero sin duda Danny DeVito y Danny Glover son el verdadero reclamo para devolverlos a la gran pantalla con sus intercambios de avatares.
‘Jumanji: Siguiente nivel’ es un divertido juego de aventuras para todas las edades, repleto de acción. Rico en lo visual también se atreve a dar un ligero paso argumental que enriquece una historia ya manida de por sí. Muy en línea con su predecesora, hará pasar un buen rato de entretenimiento en nuestras butacas, sea cual sea nuestra edad, tanto para seguidores de los juegos de rol, de tablero, de consola, fieles admiradores de décadas pasadas y amantes de la diversión.
Lo mejor: las novedades en la trama, pero sobre todo la pareja formada por los Dannys, DeVito y Glover, y el gamberreo de la cantante y actriz Awkwafina, guindas que necesitaba la historia para seguir haciéndola atractiva.
Lo peor: la constante manía por idolatrar las últimas décadas del pasado siglo y de recuperar productos que tuvieron su momento, una desacerbada nostalgia que se repite hasta la saciedad.
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