La industria cinematográfica no es ajena a la innovación. De los efectos prácticos a la CGI, y de las bobinas analógicas a la producción virtual, la tecnología siempre ha ampliado los límites de la narración cinematográfica. Pero ahora está surgiendo una nueva frontera que puede cambiar por completo nuestra forma de entender la interpretación, el casting e incluso la fama: el auge de los actores generados por inteligencia artificial.
La IA está revolucionando múltiples sectores, no solo el del cine. Algunos casinos online con los mejores juegos de Casino777 ya empiezan a utilizar todo tipo de innovaciones para personalizar la experiencia de sus jugadores.
No estamos hablando de avatares capturados por movimiento ni de estrellas sin edad. Hablamos de actores totalmente sintéticos -caras, voces, emociones y todo- creados por algoritmos, entrenados con montañas de datos de interpretación y representados con un detalle fotorrealista. La pregunta ya no es “¿Podemos crear un actor de IA?” Sino, “¿Deberíamos?”.
De los deepfakes a los dobles digitales
El camino hacia los actores de IA comenzó con la tecnología deepfake, que al principio saltó a los titulares por todas las razones equivocadas. Pero cuando se utiliza éticamente, se convierte rápidamente en una herramienta útil en Hollywood. Desenvejecer a los actores de ‘El Irlandés’, resucitar a Peter Cushing en Rogue One o crear versiones más jóvenes de Mark Hamill en The Mandalorian: todo ello ha sido posible gracias al mapeado facial digital y la IA.
Sin embargo, estas técnicas siguen requiriendo una interpretación humana como punto de partida. La próxima generación de actores de IA puede que no.
Gracias a los avances en las redes generativas adversariales (GAN) y el procesamiento del lenguaje natural, ahora podemos generar voces, expresiones faciales y actuaciones completas con IA, a menudo indistinguibles de las reales.
¿Quién las utiliza ya?
Mientras Hollywood se muestra todavía cauteloso, otras industrias avanzan más deprisa. El mundo de los videojuegos ha adoptado sistemas de voz y movimiento basados en IA. La industria publicitaria ya utiliza modelos generados por IA y personas influyentes virtuales (como Lil Miquela o Noonoouri) para promocionar marcas.
En China, la agencia de noticias Xinhua lanzó un presentador de noticias de IA allá por 2018. Desde entonces, los presentadores generados por IA se han vuelto cada vez más comunes en noticias de bajo presupuesto y contenido corporativo. Las películas podrían ser las siguientes.
Y los estudios están tomando nota. Digital Domain, Synthesia y startups como Hour One están desarrollando actores sintéticos que pueden hablar cualquier idioma, nunca envejecen y no requieren un tráiler o un salario.
Las ventajas: Por qué los actores de IA atraen a los estudios
Las ventajas son obvias desde el punto de vista de la producción:
- Sin conflictos de programación ni negociaciones contractuales
- Actores reutilizables y adaptables
- Contenido multilingüe sin necesidad de nuevos doblajes
- Menores costes de producción, especialmente para papeles de fondo o doblaje
- Control total sobre el tono, el estilo y la interpretación
En un mundo de contenidos en streaming cada vez más global, donde se necesitan docenas de versiones dobladas y subtituladas, los actores de IA prometen una rápida escalabilidad. Para las producciones más pequeñas, la IA podría incluso nivelar el terreno de juego, permitiendo a los creadores independientes contar grandes historias con presupuestos limitados.
Preocupaciones éticas y creativas
Pero no todo son buenas noticias. Muchos actores, artistas de doblaje y sindicatos ven en los actores de IA una seria amenaza para sus medios de vida y su creatividad. ¿A quién pertenece la imagen de un actor de IA? ¿Puede utilizarse el rostro de un actor después de su muerte o sin su consentimiento? ¿Qué ocurre con las nuevas promesas si los estudios recurren a dobles digitales de rostros conocidos?
También está la cuestión de la autenticidad. ¿Puede una interpretación sintética reproducir alguna vez la chispa impredecible de un actor humano? Algunos sostienen que la IA nunca llegará a captar la sutileza de las emociones reales, mientras que otros creen que es sólo cuestión de tiempo.
De hecho, cortometrajes recientes generados por IA ya han engañado al público en festivales, suscitando debates sobre la divulgación y la transparencia. ¿Debe informarse a los espectadores cuando un actor no es real?