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‘Persecución al límite’, un Romeo y una Julieta sobre ruedas

Casey, un joven mochilero estadounidense que se encuentra en Alemania, se ha enamorado de Juliette. Cuando a ella le diagnostican una enfermedad mortal, Casey elabora un plan para robarle a Hagen, un peligroso criminal, y poder pagar el tratamiento médico que salvaría la vida de Juliette. El plan de Casey, sin embargo, no sale como él espera. Tendrá que emprender una huida en coche por toda Alemania para salvar su vida y llegar a Juliette antes de que los hombres de Hagen la encuentren primero.

Han pasado un par de años desde que se estrenase esta película en su país de origen, Alemania, con actores de star-system y con presupuesto europeo, chino y americano. Por algo será

Bajo su título original ‘Collide’ (chocar), ‘Persecución al límite’ deja clara que su única ambición es estrellarse una y otra vez, garantizando la supervivencia del gremio germano de talleres de chapa y pintura de coches de gama alta.

Su director, Eran Creevy, aprovecha la experiencia de su anterior trabajo de similar factura, ‘Cruzando el límite’, para realizar esta producción a golpe de chillar ruedas y con un argumento medianamente romántico, que mezcla por desigual dosis los engaños a mafiosos y capos, con el peligro que ello conlleva.

Dos protagonistas americanos que quieren olvidar y dejar atrás su pasado en Alemania. Nicholas Hoult regresa a la acción trepidante tras el volante pero muy lejos de aquel magnífico ‘Mad Max: Furia en la carretera’, interpretando a Casey, un joven que sobrevive a base de chanchullos no muy lícitos hasta que decide qué hacer con su vida. Y Felicity Jones es la enamorada Juliette con problemas de salud, a quien le valdría un poco más de voluntad como en en ‘Rogue One: Una historia de Star Wars’. Tras un flechazo a primera vista Casey pretenderá dejar atrás los trapicheos por la chica.

Por otro lado, Ben Kingsley tiene atisbos del personaje gamberro y canalla del Mandarín de ‘Iron Man 3’. Pero en la interpretación de Geran su resultado es más parecido al de un excéntrico narcisista turco que vive anclado en sus particulares referencias del cine de los 80: Stallone, Terminator, Travolta y Jamie Lee Curtis, o el mote de Burt Reynolds con el que bautiza al joven secuaz.

Y Anthony Hopkins como Hagen, el gran capo criminal con miradas y gestos desafiantes de su mejor versión de ‘El silencio de los corderos’.

Todos estos personajes se diluyen en el argumento como marcas de neumáticos en el asfalto. Es curioso que una de sus mejores e idílicas imágenes entre tanta persecución y destrozos sea la de un arcoíris sobre los montones de chatarra.

‘Persecución al límite’ no deja de ser una película de acción entretenida, con delirantes persecuciones y destrozos, y frenético sonido de música electrónica, aunque disfrazada de “Romeo y Julieta”. Entretenida pero poco más, carente de un argumento lógico que justifique tanto destrozo en el parque automovilístico alemán. Véase lo absurdo de la escena de la gasolinera.

Lo mejor: las persecuciones de los vehículos y las escenas de acción, con esa sensación de poder ir a todo gas en las autopistas alemanas..

Lo peor: que con los cuatro protagonistas que tiene no desarrolle un argumento sostenible para esta producción.

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