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‘Cómo sobrevivir en un mundo material (Kajillionaire)’, timo vital

Theresa y Robert son dos estafadores profesionales que llevan 26 años formando a su única hija, Old Dolio, para timar, estafar y robar a cada oportunidad que se le presente. Durante un golpe mal planificado y a la desesperada, la familia convence a una desconocida para que se una a su siguiente fraude, algo que sin duda acabará poniendo patas arriba todo su mundo.

En nuestro habitual estilo de vida, encontramos miles de dependencias que apenas percibimos ya. Las rutinas diarias nos hacen pasar por el aro de un estilo consumista en el que no se define muy bien dónde está nuestra personalidad frente al habitual uso de las costumbres sociales. Habría que bautizarse como nuevos hippies del siglo XXI para despojarse de tales vestiduras. Evitar zapatillas con visé incluido, renunciar a móviles con obsolescencia programada o sin ella, o dejar de embutirse de comida basura que luego termina en el contenedor mientras hacemos el firme propósito de acudir al gimnasio 24/7. Por desgracia, y de forma involuntaria, sí encontramos ejemplos en esta nueva forma de vida pandémica, sobre muchas más personas que se han visto privadas de ciertos ropajes cuestionables e innecesarios para vivir de manera plena y feliz. Algo opuesto a lo que determinadas marcas pretenden hacernos llegar, cual cruzada del bienestar.

Entre Wes Anderson y Sean Baker existe una cantidad ingente de cineastas indies (de independientes, si es que alguien puede erigirse como tal en dicha categoría), que tras sus proyectos artísticos, abordando diferentes disciplinas, saltan a la gran pantalla para mostrar sus inquietudes.

Es el caso de Miranda July (‘Tú, yo y todos los demás’, ‘El futuro’), creadora musical, escritora, actriz y directora. En sus obras desarrolla sentimientos y sensaciones en una naturaleza distópica y disfuncional.

Precisamente ‘Cómo sobrevivir en un mundo material (Kajillionaire)’ es un claro ejercicio de todo lo contrario, de alexitimia, en el que su protagonista ha crecido aleccionada por sus padres en total carencia de emotividad. Evan Rachel Wood (‘Si la cosa funciona’, ‘La conspiración’), con un aspecto virginal e increíblemente inocente, interpreta a esta hija apegada a los deseos de sus chanchulleros progenitores. Sin maquillaje alguno y con una melena singular, es capaz de sortear los ridículos obstáculos para lograr el objetivo más inverosímil con el que se pueda trapichear. Con esa enigmática personalidad con la que aborda su personaje logra despistar al personal mientras sigue a pies juntillas las gobernanzas de sus padres.

Una Debra Winger (‘Oficial y caballero’, ‘La fuerza del cariño’), casi irreconocible, y un Richard Jenkins (‘La forma del agua’, ‘The visitor’), manipulador en estado natural conforman esta peculiar familia que va dando tumbos sin orden ni concierto hasta que adoptan al personaje de Gina Rodríguez en sus timos habituales.

La trascendencia de ‘Cómo sobrevivir en un mundo material (Kajillionaire)’ consiste en mostrar lo aséptico de la anónima cotidianidad urbana y humana, vagabundeando por una realidad social sin sentimientos, emociones o cariño hacia quienes nos rodean. Un ejercicio de libertad sin sorpresas donde la soledad estalla en una hipersensibilidad contenida liberadora hacia un mundo carente de felicidad. Todo un poema visual, o tal vez un timo vital, que merece la pena ser descubierto.

Lo mejor: la clase sobre el vínculo maternal, pieza clave de toda la película.

Lo peor: el despiste generalizado de intentar saber por dónde tirar.

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