Tras probar el sabor de la sangre siendo unos niños, Hansel y Gretel se han convertido en unos auténticos justicieros, dispuestos a todo para vengarse. Pero ahora, sin que ellos lo sepan, Hansel y Gretel se han convertido en la presa, y tienen que enfrentarse a algo mucho más siniestro que las brujas… su pasado.
Esta moda actual de Hollywood de revisionar los clásicos cuentos de toda la vida (recordemos que el año pasado hubo DOS películas de Blancanieves) y darles un toque fantástico y épico para edades más avanzadas puede jugar una mala pasada, como aquella de la caperucita roja que era malísima por mucho que apareciese Gary Oldman. Esta no es una excepción. Sufre el síndrome ‘Van Helsing’ por los cuatro costados.
El intento de otorgar al género fantástico licencias nuevas para alejarlo de los convencionalismos está bien, hasta que alguien dice que el asunto debe ser rentable. ‘Hansel & Gretel’ podría haber tenido el presupuesto de la película de Sommers y habría funcionado quizás un poquito mejor.
Después de quince minutos pude comprobar que no paraba de venirme a la cabeza la imagen de aquella película de Hugh Jackman con Elena Anaya de por medio. ‘Hansel Y Gretel’ descubre su condición en el minuto 1: es una mala película. Pero es una mala película que lo lleva con orgullo. Desde el principio sabes que no vas a encontrar unas actuaciones esplendidas (Stormare pone el modo automático por ejemplo) ni escenas para el recuerdo (el presupuesto no llega a tanto), así que va a intentar mantenerte entretenido durante la hora y veinte minutos que dura. Y mira tú por donde, eso lo cumple a rajatabla: no se me hizo larga. Además su tráiler ya marcado con o sin censura hace que sepamos que estamos ante un producto de serie B.
Pero catalogarlo dentro de la serie B conlleva al riesgo de elección de género y ahí es donde finalmente se estrella ‘Hansel & Gretel: Cazadores de Brujas’. Al final de toda la película, estamos ante un producto que es inconscientemente divertido y nada aterrador. Es decir, nos burlamos de ella.
Lo Mejor: Que pasa en un soplo.
Lo Peor: Que te olvidas de ella en el siguiente soplo.
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