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‘Spider-Man. Lejos de casa’ : epílogo y prólogo

Póster de Spider Man Lejos de casa

Peter Parker decide irse junto a MJ, Ned y el resto de sus amigos a pasar unas vacaciones a Europa. Sin embargo, el plan de Parker por dejar de lado sus superpoderes durante unas semanas se ven truncados cuando Nick Fury contacta con él para solicitarle ayuda para frenar el ataque de unas criaturas elementales que están causando el caos en el continente. En ese momento, Parker vuelve a ponerse el traje de Spider-Man para cumplir con su labor.

Con 5 películas como Peter Parker, Tom Holland ya ha demostrado que, junto a Tobey Maguire en la Trilogía de Sam Raimi, su fichaje está entre los grandes aciertos de Marvel durante su historia cinematográfica, dentro y fuera del MCU. 

‘Spider-Man: lejos de casa’ es una película de transición que echa el cierre a los acontecimientos de ‘Endgame’ y, a la vez, abre una nueva y probablemente sorprendente fase en los planes de la Casa de las Ideas, bajo la batuta del avispado Kevin Feige. 

Como toda cinta de transición, tiene varios problemas estructurales que la lastran sin hundirla, pues su mejor baza reside en dos factores que funcionan a la perfección: la química de todo el reparto (Holland, Zendaya, Batalon, Tomei, Favreau, Gyllenhaal y los demás, sin excepción) y la asunción consciente y sin fisuras de su condición de peli veraniega. 

El periplo europeo del Trepamuros es una comedia romántica, tontorrona y bien intencionada, que lo fía todo a las peripecias de un chaval en plena adolescencia deseoso de un respiro en  su labor de superhéroe, y no de uno cualquiera: ni más ni menos que el llamado a suceder al mismísimo Iron Man, cuya sombra sigue siendo en exceso alargada. 

Watts apenas desliza tres o cuatro apuntes sobre los peligros de la información interesada, y la necesidad de creer del ser humano, cada vez más aborregado. 

Su película va por otro camino, sabedora de que los grandes acontecimientos de la fase 4 están por llegar, y la misión aquí es que el público se divierta, cace las referencias y los diversos Easter Eggs  y asimile las miguitas de pan que marcarán el nuevo rumbo (imprescindibles las dos escenas finales. Sobre todo, la segunda) de la nave Marvelita. 

‘Lejos de casa’ se disfruta, mucho. Y se olvida, también, con tremenda facilidad. 

Salvo lo específicamente diseñado para permanecer en la memoria, el resto son lugares comunes del cine de instituto, espías y viajes de típicos yanquis por Europa.

Juega en la liga del primer ‘Ant-Man’, con el mismo desparpajo y honestidad. Con el mismo villano de segunda (nada que ver con Gyllenhaal, que hace lo que le echen y siempre aporta. Pero su Mysterio aquí es un simple medio para un fin), dinero para gastar, una estupenda banda sonora y un protagonista pletórico con acompañantes de lujo. 

Hasta cuando Marvel funciona a medio gas, entretiene. Nadie, en los competitivos territorios del Blockbuster actual, lo consigue con tanta facilidad. 

Lo mejor: el reparto, la diversión generalizada y las dos escenas finales. 

Lo peor: es la definición gráfica, con todas sus luces y sombras, de ‘cinta de transición’. 

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